A través de mi autorretrato y su comparación con los de Kahlo, Abramović y Rembrandt,se revela una idea central: el artista es alguien que utiliza su propia imagen para pensar y repensarse. Es una figura que transforma la introspección en lenguaje visual. Ser artista significa convertir la propia existencia, con sus dudas, sus emociones y sus contradicciones, en materia creativa.

Ser artista es también una responsabilidad, compartir una parte de uno mismo con los demás. Cada obra es una invitación, un fragmento de identidad que se ofrece al mundo, no para ser juzgado, sino para conectar. Creo que el arte es, ante todo, un acto de comunicación profunda. A veces comunica alegría, otras tristeza, otras esperanza. Pero siempre abre un espacio donde dos sensibilidades, la del creador y la del espectador

Mi autorretrato no aspira a imitar a estos grandes referentes, sino a dialogar con ellos desde la contemporaneidad. En un mundo donde la identidad se construye constantemente a través de imágenes, he querido crear una obra que detenga ese flujo, que recupere el gesto de mirar hacia adentro.

Marina Abramovic, que convierte su propio cuerpo en el objeto principal de su arte, haciendo que cada performance sea un tipo de autorretrato experiencial y una forma de autoconocimiento